Las diferentes mesas de la terraza se ocupaban por grupos de amigos de la misma generación, aunque con el paso de los años estos se iban diluyendo e integrándose unas generaciones con otras, dando como resultado grupos heterogéneos en cuanto a edades, formas de pensar, hábitos de liga, gustos culinarios, preferencias de contenedor y contenidos, con el consiguiente mosqueo del profesional de turno que atendía la mesa en cuestión.
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