El tiempo va transcurriendo lentamente y cerrando cicatrices, aunque la ausencia de los seres queridos sigue marcando los días. Entramos de nuevo en esa dulce monotonía cotidiana, que va llenando el tiempo. Los años pasan velozmente. Y de nuevo un sobresalto: “el edificio del Bar Marisol se va a declarar en ruinas”. Negros nubarrones perfilan el horizonte.
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